Metabolismo de las grasas (lípidos)

Metabolismo de las grasas (lípidos). Con la denominación de lípidos se conocen a los triglicéridos (grasas neutras), a los fosfolípidos y al colesterol. También se asocian con la denominación de grasas, pese a que el colesterol es un esteroide y no una grasa. Estos tres tipos de lípidos presentan características comunes como la de ser insolubles en agua y solubles en solventes orgánicos como el benceno, el cloroformo, la acetona y los alcohólicos etílico y metílico.

No vamos a hablar de los fosfolípidos ni del colesterol, a raíz de que no juegan un papel importante en los procesos energéticos de las células, pese a que ambos forman parte de la estructura de las membranas celulares. Nos interesan en mayor medida las grasas neutras o triglicéridos, tipo de grasa que juega un papel importante en los procesos energéticos de nuestras células, exceptuando las neuronas.

En la siguiente imagen podemos observar cómo es el metabolismo de las grasas neutras que a lo largo del tubo digestivo se degradan con la ayuda de fermentos especiales o enzimas (lipasas), hasta glicerol (azúcar simple) y ácidos grasos. La gran mayoría de las grasas neutras llegan a la circulación en forma de quilomicrones (gotitas de grasa recubiertas de proteína) y lo hacen por la vía linfática del conducto torácico, a nivel de la unión de las venas yugular interna y subclavia izquierda a la altura del cuello. Sólo los ácidos grasos de cadena corta son absorbidos en el intestino, siguiendo la vía de la vena porta.



La sangre se encarga de transportar los constituyentes de las grasas neutras hacia el hígado, los músculos y los depósitos naturales de grasas (tejido adiposo).

Metabolismo de las grasas o lípidos




Para comprender la estrecha relación entre los metabolismos de las grasas neutras y de los carbohidratos, es importante tener presente lo siguiente: en primer término tanto los carbohidratos como las grasas neutras, están constituidos por carbono, hidrógeno y oxígeno. Cuando las grasas neutras se degradan en glicerol y ácidos grasos, nos percatamos que son productos muy emparentados con los carbohidratos. El glicerol es realmente un carbohidrato de tres carbonos que puede entrar en el proceso degradativo de la glucosa, formando fosfato de dihidroxiacetona.



Por otro lado, los ácidos grasos se convierten en ácido acético y se oxidan de manera muy semejante a como lo hace la glucosa. En el hígado, el ácido acético, proveniente de la degradación de ácidos grasos, se convierte en ácido acetoacético también denominado cetoácido.

Las grasas neutras, son los nutrientes que más aportan energía a nuestras células, exceptuando a las neuronas. Un gramo de grasa aporta aproximadamente 9,3 Kcal, a raíz de que presentan en su estructura, comparado con los carbohidratos, una mayor cantidad de hidrógenos; esta particularidad les permite un mayor grado de oxidación (eliminación de hidrógenos) y en consecuencia una mayor liberación de energía por molécula, lo cual es una clara ventaja.



Le metabolismo de las grasas y su relación con el oxígeno de nuestro cuerpo. Por otro lado, una desventaja de las grasas es su mayor requerimiento de oxígeno para garantizar la transferencia de los hidrógenos. En éstas, la abundancia relativa de oxígeno es considerablemente menor que en los carbohidratos. No son entonces, la materia energética por excelencia cuando realizamos ejercicios de alta intensidad (levantamiento de pesas, 200-1500m en atletismo, etc.) y de relativa corta duración. Por el contrario, los ácidos grasos se convierten en el material energético más solicitado cuando realizamos ejercicios de baja intensidad y larga duración.

Las necesidades diarias de "grasas" en niños de hasta 4 años de edad son aproximadamente de 3,5 a 4g. En los niños de edad escolar, el requerimiento diario de grasas es entre 2 a 2,5g por Kg de peso corporal. El adulto debe consumir entre 80 a 100 gramos diarios de grasa.

Las grasas en forma de ácidos grasos se movilizan desde los depósitos grasos hacia la musculatura esquelética, gracias al papel activador sobre el fermento (enzima) lipasa que ejercen las hormonas adrenalina y cortisol.

Por todo lo mencionado hasta el momento, las grasas también son muy importantes en la dieta para mantener un estado de salud óptimo. Éstas nos ayudan a la lubricación articular, al almacenamiento de vitaminas liposolubles... además el tejido pardo que se forma gracias a la práctica constante de ejercicio, a la exposición al frío y una dieta rica en verduras, permite el aumento en el gasto calórico para reducir los niveles de grasa "blanca".

De lo que hay que cuidarse es del consumo desmesurado de alimentos ricos en grasas saturadas, grasas trans y azúcares simples refinados, todo esto con el fin de evitar la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, hipertensión, sobrepeso, entre muchas otras.

Una dieta variada nos permitirá una buena digestión de las grasas si podemos obtener la cantidad suficiente de aminoácidos, como la taurina por ejemplo, para una correcta producción de bilis la cual interviene en el metabolismo de las grasas para permitir su más fácil digestión "emulsificándolas".

La práctica constante de ejercicio físico nos permitirá mejorar nuestra capacidad aeróbica para así poder "quemar" o utilizar una mayor cantidad de grasa puesto que éste (más concretamente los ácidos grasos) es un compuesto que requiere de mucho oxígeno para "combustionar", es decir para actuar en procesos bioquímicos que permitan la generación de ATP y así poder hacer posible las distintas contracciones musculares requeridas para rendir al máximo en los entrenamientos.