¿Qué es la homeostasis? De acuerdo con la teoría de la evolución histórica de la materia viva, la primera señal de vida en forma de organismo unicelular, surgió hace millones de años en el océano primitivo de ese entonces. Posteriormente aparecen los organismos pluricelulares, cada vez más complejos, en cuanto a su estructura y capacidad de adaptación al medio ambiente. No hay duda, que una etapa evolutiva interesante fue la conquista de la tierra por parte de los animales anfibios en primer término y posteriormente por parte de los animales con respiración pulmonar.
Este paso clave supuso llevar consigo una "porción de agua de mar" que rodeara la célula del organismo pluricelular, al igual que lo hizo el mar primitivo con relación a los primeros organismos unicelulares. Asombra la semejanza de la composición química del agua de mar y del líquido extracelular de nuestro organismo, en cuanto a ciertos iones: Na+, Ca+, K++, Mg++, Cl-, etc.
Existe una relación estrecha entre el organismo humano, tomado éste como un todo, y el medio que lo rodea, del cual toma todo lo necesario para vivir (para metabolizar) y vertir en este medio todos los productos de desecho. A este medio que rodea al organismo se le denomina medio externo o medio ambiente.
En cuanto al metabolismo, podemos decir que las que se nutren, respiran y excretan productos de desechos son nuestras células y no nosotros.
Hay que recalcar que nuestras células no respiran directamente el oxígeno de la atmósfera, ni se alimentan directamente de los nutrientes que ofrece la naturaleza. Se requiere de procesos complejos, que ocurren en el interior de nuestro organismo, así como de superar "considerables" distancias, antes de que nuestras células tengan por fin acceso a los nutrientes y al oxígeno atmosférico.
Al igual que el organismo que interactúa de una manera muy estrecha con el medio externo, nuestras células interactúan muy estrechamente con el líquido del medio que las rodea, del cual toman todo lo necesario para su metabolismo y excretan todos los productos de desecho.
A este líquido extracelular que rodea nuestras células se le denomina "medio interno", constituido por sangre, linfa y líquido tisular.
Al igual que el organismo tomado como un todo íntegro, requiere para poder sobrevivir de una constancia relativa de todo lo que constituye el medio externo (sin agua, sin alimento, sin oxígeno la vida no sería posible), nuestras células también requieren de una constancia relativa, del medio que las rodea, es decir de su medio interno, para poder vivir y metabolizar.
La diferencia radica en que el medio interno puede variar muchas unidades, por encima o por debajo de un valor considerado normal o de confort, sin causar deterioro en nuestro organismo
No sucede lo mismo en relación con nuestro medio interno, que solo puede variar unas cuantas unidades, e incluso partes de unidad, por encima o por debajo de ciertos valores considerados normales. Si se sobrepasan ciertos límites fisiológicos de una manera sostenida, quedará en entredicho la capacidad del organismo para adaptarse a las condiciones cambiantes del medio ambiente.
Temperatura corporal
Los humanos somos seres homeostermos o de sangre caliente, como la gente del común denomina a los animales que tienen la capacidad de mantener la temperatura corporal en valores constantes, independientemente de la temperatura que se registre en el ambiente externo.
Lo anterior significa que con una temperatura corporal de 37°C, podemos vivir en lugares cuya temperatura ambiente oscile entre los 0°C y los 50°Cm es decir en un diapasón de temperatura equivalente a 50°C o unidades.
Cuando una persona presenta una temperatura de 39°C es preocupante y que con una temperatura interna de 40°C a 41°C, la preocupación se convierte en alarma. Es probable que temperaturas sostenidas por encima de 41°C provoquen convulsiones en la gran mayoría de las personas. Según algunos autores, los límites de temperatura para el cuerpo humano son muy estrechos: la muerte sobreviene a los 43°C o por debajo de los 25°C. Estamos hablando de un diapasón de 18°C en la relación célula-medio interno, versus el diapasón de 50°C en la relación organismo-medio externo.
La actividad normal de los sistemas fermentativos (enzimas), de los cuales depende la velocidad con que transcurren las reacciones químicas, se presenta en un diapasón de temperatura que va desde los 23°C hasta los 42°C.
Valores de temperatura corporal por encima de 42°C o por debajo de 23°C, provocan una gran depresión de la actividad fermentativa llegando incluso a detenerse, produciendo la muerte del organismo. Cuando la temperatura corporal se sitúa por encima de los 42°C, el metabolismo de las células se vuelve más intenso, y éstas empiezan a "quemarse por sí mismas". Es necesario insistir que la capacidad física del humano se empieza a ver seriamente comprometida con temperaturas corporales de 34°C.
El pH del medio interno es de 7,4, aproximadamente, es decir que es un pH ligeramente alcalino. Se habla de patología cuando el pH desciende a 7 o asciende a 7,8. Estamos hablando de una variación en décimas de punto por encima y por debajo de un valor "constante", considerado normal.
Un pH igual o menor de 7, estaría indicando acidosis lo que provocaría una depresión general del sistema nervioso. Una persona entraría en estado de coma, cuando el pH disminuya por debajo de 6,9. Por otro lado habría alcalosis, cuando el pH se torne por encima del valor considerado como normal (7,4). En este último casp, habría una gran excitabilidad del sistema nervioso, contracciones tetánicas en la musculatura esquelética y convulsiones epilépticas.
Queda claro que la regulación del medio interno debe ser muy precisa y no se debe permitir que los valores sobrepasen los límites estrechos considerados fisiológicos o normales.
La enfermedad y las condiciones extremas pueden provocar perturbaciones permanentes o temporales de la homeostasia del medio interno, en cuanto a sus propiedades fisico-químicas. Estas perturbaciones, sin son permanentes como sucede durante la enfermedad, pueden provocar la muerte, particularmente en los casos cuando las perturbaciones sobrepasen en forma sostenida ciertos límites fisiológicos.
Por otro lado, las perturbaciones de la homeostasia si son temporales y se presentan dentro del rango considerado como fisiológico, pueden fortalecer al organismo y fortalecer su capacidad de respuesta y de adaptación a estímulos cada vez más fuertes, hasta ciertos límites claro está.
Actividad física
Particular importancia merece la perturbación de la homeostasia del medio interno provocada por el ejercicio físico, tal vez el estímulo más poderoso que perturbar el "statu quo" del organismo en condiciones fisiológicas. Las pruebas atléticas de largo aliento, pueden provocar aumentos de temperatura corporal hasta de 41°C; en las competencias atléticas de 800-1500 metros, pruebas en las que se explota al máximo el mecanismo energético lactacidémico, con altísima producción de ácido láctico (Hla), el pH puede descender de 7,4 a 7,1.
Cuando durante la actividad física se presenta una gran deshidratación, es decir una gran pérdida de agua y junto con ésta una cantidad considerable de sales minerales (NaCl), se perturba la presión osmótica. El líquido tisular se puede tornar hipertónico con relación al líquido intracelular, provocando ósmosis desde las células al líquido tisular. En este tipo de prácticas deportivas es posible una disminución de la concentración de glucosa en la sangre, presentándose un estado de hipoglucemia, lo que puede perturbar el buen funcionamiento del sistema nervioso (shock hipoglucémico).
Si el ejercicio físico perturba de una manera significativa la homeostasia del medio interno ¿por qué se aconseja como un medio ideal para fortalecer el organismo, para mejorar el estado de salud de las personas?
La respuesta es sencilla. Al tiempo que "perturba" la homeostasia del medio interno, el ejercicio activa y perfecciona todos los mecanismos homeostáticos que defienden el "statu quo" del organismo.
Cada una de las constantes homeostáticas cuenta con mecanismos de defensa, que no van a permitir que los cambios sobrepasen ciertos límites considerados fisiológicos. Se perfeccionan, en términos de hacerse más efectivos, los mecanismos de amortiguación, defensores del pH; así mismo se perfeccionan los mecanismos termo-reguladores defensores de la temperatura corporal (vasodilatación, mayor volumen circulante de sangre en cuanto a su parte líquida o plasma, etc.).
También es importante tener presente que la perturbación sistemática de la homeostasia del medio interno, aumenta la tolerancia de las células a los cambios bruscos de su medio interno, lo que se reflejará en una mayor capacidad de trabajo de las células comprometidas.
En efecto, el organismo entrenado, a diferencia del no entrenado, podrá trabajar mayor tiempo, con alta eficacia, aun en condiciones de un medio interno muy perturbado: pH disminuido, alta temperatura corporal, presión osmótica perturbada, hipoglucemia, alta deuda de oxígeno, etc.
Este paso clave supuso llevar consigo una "porción de agua de mar" que rodeara la célula del organismo pluricelular, al igual que lo hizo el mar primitivo con relación a los primeros organismos unicelulares. Asombra la semejanza de la composición química del agua de mar y del líquido extracelular de nuestro organismo, en cuanto a ciertos iones: Na+, Ca+, K++, Mg++, Cl-, etc.
Existe una relación estrecha entre el organismo humano, tomado éste como un todo, y el medio que lo rodea, del cual toma todo lo necesario para vivir (para metabolizar) y vertir en este medio todos los productos de desecho. A este medio que rodea al organismo se le denomina medio externo o medio ambiente.
En cuanto al metabolismo, podemos decir que las que se nutren, respiran y excretan productos de desechos son nuestras células y no nosotros.
Hay que recalcar que nuestras células no respiran directamente el oxígeno de la atmósfera, ni se alimentan directamente de los nutrientes que ofrece la naturaleza. Se requiere de procesos complejos, que ocurren en el interior de nuestro organismo, así como de superar "considerables" distancias, antes de que nuestras células tengan por fin acceso a los nutrientes y al oxígeno atmosférico.
Al igual que el organismo que interactúa de una manera muy estrecha con el medio externo, nuestras células interactúan muy estrechamente con el líquido del medio que las rodea, del cual toman todo lo necesario para su metabolismo y excretan todos los productos de desecho.
A este líquido extracelular que rodea nuestras células se le denomina "medio interno", constituido por sangre, linfa y líquido tisular.
Al igual que el organismo tomado como un todo íntegro, requiere para poder sobrevivir de una constancia relativa de todo lo que constituye el medio externo (sin agua, sin alimento, sin oxígeno la vida no sería posible), nuestras células también requieren de una constancia relativa, del medio que las rodea, es decir de su medio interno, para poder vivir y metabolizar.
La diferencia radica en que el medio interno puede variar muchas unidades, por encima o por debajo de un valor considerado normal o de confort, sin causar deterioro en nuestro organismo
No sucede lo mismo en relación con nuestro medio interno, que solo puede variar unas cuantas unidades, e incluso partes de unidad, por encima o por debajo de ciertos valores considerados normales. Si se sobrepasan ciertos límites fisiológicos de una manera sostenida, quedará en entredicho la capacidad del organismo para adaptarse a las condiciones cambiantes del medio ambiente.
Temperatura corporal
Los humanos somos seres homeostermos o de sangre caliente, como la gente del común denomina a los animales que tienen la capacidad de mantener la temperatura corporal en valores constantes, independientemente de la temperatura que se registre en el ambiente externo.
Lo anterior significa que con una temperatura corporal de 37°C, podemos vivir en lugares cuya temperatura ambiente oscile entre los 0°C y los 50°Cm es decir en un diapasón de temperatura equivalente a 50°C o unidades.
Cuando una persona presenta una temperatura de 39°C es preocupante y que con una temperatura interna de 40°C a 41°C, la preocupación se convierte en alarma. Es probable que temperaturas sostenidas por encima de 41°C provoquen convulsiones en la gran mayoría de las personas. Según algunos autores, los límites de temperatura para el cuerpo humano son muy estrechos: la muerte sobreviene a los 43°C o por debajo de los 25°C. Estamos hablando de un diapasón de 18°C en la relación célula-medio interno, versus el diapasón de 50°C en la relación organismo-medio externo.
La actividad normal de los sistemas fermentativos (enzimas), de los cuales depende la velocidad con que transcurren las reacciones químicas, se presenta en un diapasón de temperatura que va desde los 23°C hasta los 42°C.
Valores de temperatura corporal por encima de 42°C o por debajo de 23°C, provocan una gran depresión de la actividad fermentativa llegando incluso a detenerse, produciendo la muerte del organismo. Cuando la temperatura corporal se sitúa por encima de los 42°C, el metabolismo de las células se vuelve más intenso, y éstas empiezan a "quemarse por sí mismas". Es necesario insistir que la capacidad física del humano se empieza a ver seriamente comprometida con temperaturas corporales de 34°C.
tencial de Hidrógeno sanguíneo y del líquido extracelular
El pH del medio interno es de 7,4, aproximadamente, es decir que es un pH ligeramente alcalino. Se habla de patología cuando el pH desciende a 7 o asciende a 7,8. Estamos hablando de una variación en décimas de punto por encima y por debajo de un valor "constante", considerado normal.
Un pH igual o menor de 7, estaría indicando acidosis lo que provocaría una depresión general del sistema nervioso. Una persona entraría en estado de coma, cuando el pH disminuya por debajo de 6,9. Por otro lado habría alcalosis, cuando el pH se torne por encima del valor considerado como normal (7,4). En este último casp, habría una gran excitabilidad del sistema nervioso, contracciones tetánicas en la musculatura esquelética y convulsiones epilépticas.
Queda claro que la regulación del medio interno debe ser muy precisa y no se debe permitir que los valores sobrepasen los límites estrechos considerados fisiológicos o normales.
La enfermedad y las condiciones extremas pueden provocar perturbaciones permanentes o temporales de la homeostasia del medio interno, en cuanto a sus propiedades fisico-químicas. Estas perturbaciones, sin son permanentes como sucede durante la enfermedad, pueden provocar la muerte, particularmente en los casos cuando las perturbaciones sobrepasen en forma sostenida ciertos límites fisiológicos.
Por otro lado, las perturbaciones de la homeostasia si son temporales y se presentan dentro del rango considerado como fisiológico, pueden fortalecer al organismo y fortalecer su capacidad de respuesta y de adaptación a estímulos cada vez más fuertes, hasta ciertos límites claro está.
Actividad física
Particular importancia merece la perturbación de la homeostasia del medio interno provocada por el ejercicio físico, tal vez el estímulo más poderoso que perturbar el "statu quo" del organismo en condiciones fisiológicas. Las pruebas atléticas de largo aliento, pueden provocar aumentos de temperatura corporal hasta de 41°C; en las competencias atléticas de 800-1500 metros, pruebas en las que se explota al máximo el mecanismo energético lactacidémico, con altísima producción de ácido láctico (Hla), el pH puede descender de 7,4 a 7,1.
Cuando durante la actividad física se presenta una gran deshidratación, es decir una gran pérdida de agua y junto con ésta una cantidad considerable de sales minerales (NaCl), se perturba la presión osmótica. El líquido tisular se puede tornar hipertónico con relación al líquido intracelular, provocando ósmosis desde las células al líquido tisular. En este tipo de prácticas deportivas es posible una disminución de la concentración de glucosa en la sangre, presentándose un estado de hipoglucemia, lo que puede perturbar el buen funcionamiento del sistema nervioso (shock hipoglucémico).
Si el ejercicio físico perturba de una manera significativa la homeostasia del medio interno ¿por qué se aconseja como un medio ideal para fortalecer el organismo, para mejorar el estado de salud de las personas?
La respuesta es sencilla. Al tiempo que "perturba" la homeostasia del medio interno, el ejercicio activa y perfecciona todos los mecanismos homeostáticos que defienden el "statu quo" del organismo.
Cada una de las constantes homeostáticas cuenta con mecanismos de defensa, que no van a permitir que los cambios sobrepasen ciertos límites considerados fisiológicos. Se perfeccionan, en términos de hacerse más efectivos, los mecanismos de amortiguación, defensores del pH; así mismo se perfeccionan los mecanismos termo-reguladores defensores de la temperatura corporal (vasodilatación, mayor volumen circulante de sangre en cuanto a su parte líquida o plasma, etc.).
También es importante tener presente que la perturbación sistemática de la homeostasia del medio interno, aumenta la tolerancia de las células a los cambios bruscos de su medio interno, lo que se reflejará en una mayor capacidad de trabajo de las células comprometidas.
En efecto, el organismo entrenado, a diferencia del no entrenado, podrá trabajar mayor tiempo, con alta eficacia, aun en condiciones de un medio interno muy perturbado: pH disminuido, alta temperatura corporal, presión osmótica perturbada, hipoglucemia, alta deuda de oxígeno, etc.