Concepto de presión coloido-osmótica

Concepto de presión coloido-osmótica. Sabiendo que la presión osmótica es clave para garantizar el intercambio del líquido entre los eritrocitos y el plasma, ahora explicaremos los mecanismos responsables del intercambio de líquido (agua), entre la red vascular y el espacio tisular, constituido por un líquido (líquido tisular) en el que se encuentran inmersas las células de todos los tejidos.

El intercambio de agua al que se hace referencia ocurre de una manera exclusiva en los capilares. El agua sale de la red vascular a nivel de la parte arterial del capilar y regresa a la red vascular a nivel de la sección venosa del capilar.


Al salir de la red vascular, el agua arrastra el oxígeno y todos los nutrientes que nuestras células requieren para poder metabolizar. Al regresar el agua a la red vascular, arrastra el CO2 y todos los metabolitos producidos por nuestras células, que necesariamente deben ser llevados a los sitios de eliminación: el riñón, el pulmón, las glándulas sudoríparas, etc. En suma no habrá ni ganancia ni pérdida de líquido (agua) entre la red vascular y los espacios tisulares.

¿Qué mecanismos son los responsables del intercambio de agua a nivel de los capilares, entre la red vascular y el tejido?



Es necesario aclarar que el plasma y el líquido tisular son muy semejantes en su composición, al menos en lo relacionado con los iones de sodio y del cloro. La membrana del capilar no obstaculiza de modo alguno la entrada de estos (y de otros) iones.

Lo anterior significa que los iones en cuestión, responsables del intercambio de agua entre los eritrocitos y su entorno (el plasma), no presentan responsabilidad alguna en el intercambio de agua, entre la red vascular y el espacio tisular. Dicho de otra manera, los electrolitos Na+ y Cl- no causan ósmosis entre la red vascular y los tejidos.



En el capilar y en el espacio tisular hay fuerzas antagónicas responsables de la salida de agua de la red vascular (Filtración) y del regreso del agua a la red vascular (Absorción).

La filtración se debe fundamentalmente a la presión hidrostática, es decir a la presión que ejerce el líquido sobre la pared de la zona arterial del capilar. Es necesario recalcar que el capilar en toda su trayectoria es "poroso" y permite la saluda y la entrada de agua.

Como podemos observar en la siguiente imagen, en el extremo arterial del capilar, la presión osmótica es de 30 mm de Hg., presión que lógicamente irá disminuyendo a medida que el vaso vaya perdiendo agua. Llegando a ser de 10 mm de Hg., en el extremo venoso del capilar.



Poniendo un ejemplo, al llenar una bomba con agua y hacerle con un alfiler pequeños orificios, se podrá observar que el líquido escapa inicialmente con mucha fuerza, la cual irá disminuyendo paulatinamente en la medida en que la bomba pierde agua.

Si el plasma y el líquido tisular no se diferencian mucho, en cuanto a las concentraciones de ciertos iones (éstos atraviesan la membrana capilar en ambas direcciones sin ninguna dificultad), si presentan una diferencia significativa en cuanto a la concentración de las grandes moléculas de proteína.

La protrombina, el fibrinógeno, la albúmina, etc., en condiciones fisiológicas no abandonan la red vascular, es decir permanecen todo el tiempo en la red vascular. De los 5000 mm de Hg., que es el valor de la presión osmótica del plasma, 300 mm de Hg. son responsabilidad de las grandes moléculas de proteína, que permanecen constantemente en la red vascular.



La presión osmótica ejercida por las proteínas plasmáticas se denomina presión coloido-osmótica, y es responsable de los procesos de absorción de agua que ocurre en el extremo venoso del capilar. En la anterior imagen se observa que los valores de la presión coloido-osmótica permanecen constantes, a todo lo largo del capilar.

Significa lo anterior que mientras a lo largo del capilar la presión hidrostática descendió de 300 mm de Hg. hasta 10 mm de Hg., la presión coloido-osmótica permaneció constante en un nivel de 28 mm de Hg.

Esta diferencia entre la fuerza propulsora responsable de la filtración y la fuerza succionadora responsable de la absorción, explica el regreso del agua hacia la sangre, garantizando un perfecto equilibrio pese a la salda y a la entrada de agua, al final no habrá pérdida ni ganancia de agua en la red vascular, ni en el espacio tisular.