Volumen y composición de la sangre

Volumen y composición de la sangre. El volumen circulante de sangre es de aproximadamente 5 litros en una persona adulta, siendo mayor en los hombres que en las mujeres, diferencia que se mantiene llevando el volumen a valores relativos al peso corporal. Los valores relativos del volumen circulante de la sangre son: hombres (75mL/Kg), mujeres (56mL/Kg), niños (60mL/Kg). Es necesario recalcar que estos valores sirven solamente de referencia. En términos generales, el volumen de sangre equivale al 6-8% de peso corporal de las personas.

Los componentes de la sangre: la sangre está constituida por una parte líquida (el plasma), y unas células denominadas elementos figurados. A su vez, el plasma está constituido en un 90% de agua y en un 10% de sustancias diversas tales como glucosa, ácidos grasos, vitaminas, hormonas, gases disueltos, fermentos, proteínas (albúmina, fibrinógeno, globulinas), creatina, urea, ácido úrico, sustancias minerales tales como sodio (Na+), potasio (K+), Cloro (Cl-), iones bicarbonato (HCO3), hierro, cobalto y otros microelementos.



El plasma sanguíneo y sus características sobre el volumen de la sangre


El plasma es semejante al líquido tisular, es decir al líquido que rodea las células de los tejidos, con la diferencia fundamental que el plasma posee una mayor cantidad de proteína específica (7,3 g % vs 2,0 g %), proteína que juega un papel importante en el intercambio de agua entre los tejidos y la red vascular, garantizándose así un volumen muy constante de plasma en el interior de los vasos sanguíneos. Se hablará al respecto cuando se haga referencia a la presión coloido-osmótica.



En clínica se utiliza un índice que relaciona en por ciento los dos constituyentes fundamentales de la sangre, es decir las células y la parte líquida o plasma. Este índice se denomina valor Hematocrito, que ayuda al médico a diagnosticar ciertas enfermedades de la sangre relacionadas con un exceso (policitemia) o una disminución (anemia) de glóbulos rojos en la sangre.



En realidad el valor Hematocrito mide la relación entre eritrocitos y plasma, a raíz de que los eritrocitos representan la inmensa mayoría de las células en la sangre. Por cada leucocito (glóbulo blanco), hay aproximadamente 700 eritrocitos (glóbulos rojos).

En promedio, el valor Hematocrito de los hombres y mujeres adultos (as) es de 47% y 42% respectivamente. En el caso de los hombres, significa que 47% corresponde a las células de la sangre (realmente más cantidad de eritrocitos por tratarse de la inmensa mayoría de las células sanguíneas) y un 53% corresponde al plasma. En los niños el valor Hematocrito es mayor que en los adultos, valor que tiende a disminuir con la edad.



En la práctica deportiva el valor hematocrito presenta variaciones en relación con dos casos. Un primer caso, cuando se presenta una alta deshidratación y se compromete la parte líquida de la sangre, es decir, el plasma. Parte del plasma abandona la red vascular hacia los espacios tisulaes, provocando la denominada hemoconcentración de trabajo. Como no se han presentado cambios en el número de eritrocitos, se produce entonces un aumento del valor hematocrito. Veamos un ejemplo sencillo de esta situación:

El volumen de la sangre y su relación con el valor hematocrito


Supongamos que el volumen circulante de sangre es de 5,5 litros. Si partimos de una valor hematocrito de 47% en reposo, a 52% durante la actividad muscular. Se debe entender que lo anterior no significa un aumento real de eritrocitos, por cuanto el valor hematocrito expresa valores relativos.

Casi contrario se presenta en los atletas de fondo de alto rendimiento. Una de las reacciones adaptativas de estos organismos tiene que ver con aumento del volumen circulante de sangre (hasta un 20% más que un organismo no entrenado), debido a la parte líquida (plasma) y no a la contraparte, es decir a los eritrocitos. Lo anterior significa que el valor hematocrito tiende a ser menor en los atletas de fondo que en las personas sanas no deportistas o que en deportistas de otras especialidades.

De ahí que se hable de "anemia fisiológica", en estos atletas. Lo anterior no significa que los atletas de fondo presenten realmente este cuadro patológico.

Es algo así como si hubiera misma cantidad de automóviles en una autopista (en este caso estaríamos hablando de los glóbulos rojos o eritrocitos), pero que a su vez esta autopista ampliara su espacio con el paso del tiempo (en este caso estaríamos hablando del plasma sanguíneo).

Entonces podrá haber menos congestión de los automóviles (eritrocitos) para poder llegar a su fin y entregar lo que llevan (oxígeno y nutrientes, principalmente) de una forma más rápida y eficiente. De ahí que mejorar la calidad de la sangre es crucial para mejorar el rendimiento deportivo y el estado de salud.

Esta mejora se logra gracias a cambio simples que tienen que ver con los hábitos de vida, como por ejemplo mejorar la nutrición y practicar de forma constante sesiones de entrenamiento. Por supuesto mejorar la calidad de sueño, evitar fumar y beber alcohol, entre otras cosas, harán que la calidad del plasma sanguíneo y tu salud general puedan mejorar notablemente.

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